Grace Fusco, en el centro, rodeada de sus parientesGrace Fusco —madre de 11 hijos y abuela de 27 nietos— solía sentarse en la misma banca de la iglesia cada domingo, rodeada por casi una docena de miembros de su extensa familia italoestadounidense. Las comidas de los domingos convocaban a una multitud aún mayor en su casa en el centro de Nueva Jersey.Ahora, su clan se ha vuelto a reunir motivados por un dolor indescriptible: Fusco, de 73 años, murió el miércoles por la noche tras contraer el coronavirus, horas después de que su hijo falleciera por el virus y cinco días después de la muerte de su hija, según contó una pariente.El jueves, otro hijo que había contraído el virus, Vincent Fusco, también falleció, dijo Roseann Paradiso Fodera, familiar de los afectados.Otros tres hijos permanecen hospitalizados, dos de ellos en estado crítico, dijo Paradiso Fodera, quien aparte de ser prima de Fusco también es la abogada de la familia y actúa como su portavoz.La hija mayor de Fusco, Rita Fusco-Jackson, de 55 años, de Freehold, Nueva Jersey, feneció el viernes; la familia se enteró de que había contraído el virus después de su muerte. El hijo mayor de Fusco, Carmine Fusco, de Bath, Pensilvania, murió el miércoles, dijo Paradiso Fodera.Grace Fusco, de Freehold, murió después de pasar el miércoles “gravemente enferma” y de respirar con la ayuda de un ventilador, sin saber que sus dos hijos mayores ya habían fallecido, explicó la abogada.Cerca de otros 20 parientes están en cuarentena en sus casas, esperando los resultados de las pruebas y rezando en aislamiento, incapaces de reunirse para llorar su profunda pérdida colectiva. Los amigos están haciendo lo que pueden desde lejos.La señora Fusco y su hijo, Carmine Fusco, quien murió el miércoles. Ella falleció horas después“Si no están conectados a un respirador, están en cuarentena”, dijo Paradiso Fodera.“Es tan lamentable”, añadió. “Ni siquiera pueden cumplir su duelo como normalmente se hace”.Hasta el jueves por la tarde, nueve residentes de Nueva Jersey habían fallecido después de contraer el virus, que ha infectado a unas 742 personas en el estado.En Estados Unidos, al menos 10.822 personas en todos los estados, además de Washington, D.C., y tres territorios han dado positivo en las pruebas de coronavirus, y al menos 172 han muerto, según una base de datos de The New York Times.Pero el devastador efecto del virus en una sola familia se considera tanto desconcertante como raro. La comisionada de salud del estado, Judith Persichilli, ha dicho que Fusco-Jackson no tenía problemas de salud subyacentes.Paradiso Fodera dijo que los hermanos menores de la mujer también gozaban de buena salud antes de contraer el virus. “Son jóvenes, y no tienen ninguna enfermedad subyacente”, dijo Paradiso Fodera.No estaba claro si Grace Fusco, una mujer robusta, tenía problemas de salud subyacentes.Ella y cuatro de sus hijos estaban siendo atendidos en el Centro Médico CentraState en Freehold, a una hora al sur de Manhattan, relataron sus familiares. Carmine Fusco murió en un hospital de Pensilvania cerca de su casa, dijo Paradiso Fodera.La familia tiene lazos estrechos con la industria de las carreras de caballos cerca de Freehold Raceway. Algunos entrenaban caballos, otros los usaban para competir. El padre de los hijos, Vincenzo Fusco, se dedicó a esas actividades, según su obituario.Una persona que tuvo contacto con un hombre que murió en Nueva Jersey el 10 de marzo, (la primera víctima mortal relacionada con el coronavirus en el estado) había asistido a una reunión reciente de la familia Fusco, explicó Persichilli.El primer hombre de Nueva Jersey en morir ha sido identificado como John Brennan por un amigo cercano y por el personal de Yonkers Raceway, la pista para carreras donde trabajaba.Paradiso Fodera dijo que la reunión era una cena común y corriente de martes por la tarde. “Lo que era una fiesta para la mayoría de la gente para ellos era una cena normal”, dijo antes de contar los nombres de un árbol genealógico que incluye a 27 nietos.Se cree que la reunión del 3 de marzo es la fuente del virus, y la información sobre el número de personas infectadas en esa ocasión condujo a las advertencias apremiantes que hizo Persichilli durante el fin de semana en las que condenó incluso a las pequeñas reuniones con amigos o familiares.“No puedo enfatizar lo suficiente sobre cuán importante es asumir la responsabilidad personal y evitar incluso las reuniones pequeñas”, declaró Persichilli durante una sesión informativa para los periodistas el domingo.James Matera, director médico del Centro Médico CentraState, dijo que había discutido la singularidad de tratar a tantos miembros de una misma familia con el comisionado de salud del estado y los funcionarios de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.Afirmó que los funcionarios están en el proceso de evaluar los historiales médicos de los pacientes para buscar pistas acerca de por qué la enfermedad progresó tan rápido y fue tan potente.“No sé si es una cosa de la cepa”, conjeturó Matera. “Consideraría a estas personas en particular como casos inusuales”. Fusco-Jackson murió un día antes de que su prueba de coronavirus diera positivo el sábado por la noche.Sus parientes están instando a los funcionarios de CentraState o de los CDC a realizar una autopsia para saber más sobre cómo el virus mató a Fusco-Jackson. Ella gozaba de buena salud, dijeron, y daba clases de educación religiosa en San Roberto Belarmino, la iglesia católica romana a la que asisten muchos miembros de esa extensa familia en Freehold.Fusco-Jackson, madre de tres hijos, también cantaba en el coro, coordinaba las bodas de la parroquia y era voluntaria en el club de jardinería de la iglesia, dijo monseñor Sam Sirianni.La iglesia ha sido limpiada concienzudamente desde entonces, y Sirianni, como todos los miembros del personal de la parroquia, se encuentra en cuarentena ante la posibilidad de que haya estado expuesto al virus.“Significa que me vuelco al Señor aún más”, dijo Sirianni. “Lo que me vino a la mente la semana pasada fue: ‘Señor, salva a tu pueblo’. Y ese ha sido uno de mis mantras cuando voy a rezar”. Confesó que le costaba aceptar que no podía visitar a los enfermos en CentraState.El miércoles, Matera dijo que además de los que han dado positivo en las pruebas de coronavirus en CentraState, un hospital de tamaño medio que funciona como una organización sin fines de lucro, 27 miembros de la comunidad que se han hecho la prueba del virus, y están esperando los resultados, ya se encuentran hospitalizados porque sus casos siguen siendo investigados.Sostuvo que el largo tiempo de entrega de los resultados de las pruebas deja a los pacientes con incertidumbre y constituye una carga para los limitados recursos del hospital. Los pacientes que a final de cuentas podrían dar negativo en las pruebas de coronavirus, y estar lo suficientemente sanos para salir del hospital, se mantienen en aislamiento.Si las pruebas se entregaran más rápidamente, se podría dar de alta a más pacientes. “Eso libera las camas”, dijo Matera. “Reduce la ansiedad del personal”.Los parientes de Fusco-Jackson también creen que una prueba más veloz habría podido cambiar algo en su tratamiento. “No la atendieron como un caso confirmado porque todo está muy retrasado”, opinó Paradiso Fodera. “Es una gran burocracia. El tiempo de los resultados de las pruebas es importante”.(c) 2020 The New York Times