(Infobae)Las probabilidades de contraer COVID 19 viajando en un vuelo comercial lleno son de 0,013%, según un estudio realizado el mes pasado por el profesor de estadística de la Universidad de Harvard, Arnold Barnett. Si se mantiene la distancia social y se utilizan máscaras, no debería haber grandes problemas. Tras la crisis sanitaria del SARS, en 2003, que afectó severamente a Asia, los protocolos de los aviones cambiaron con respecto a los filtros que pueden utilizar. Para poder operar en Estados Unidos (y en otras regiones como Europa) los estándares exigen filtros que hacen que la propagación de virus aéreos sea poco frecuente. Es decir, hay infinitamente más posibilidades de morir en un accidente de automóvil (1 en 103, según las cifras calculadas por el Consejo Nacional de Seguridad de los Estados Unidos), aunque sin embargo en tiempos de pandemia son pocos los que se atreven a subirse a un avión.En Estados Unidos la industria aérea jamás cesó sus operaciones, pero comparado con 2019, menos de la mitad de los viajeros ha decidido tomar vuelos. La frecuencia de viajes a disminuido, y las grandes aerolíneas siguen disfrutando de buena salud financiera exclusivamente porque recibieron un salvataje económico del gobierno.Infobae experimentó lo que es viajar en avión en tiempos de coronavirus. Se trató de un vuelo de cabotaje por una de las líneas aéreas más grandes del país, de cinco horas y media, entre Miami y San Francisco. Aunque la cantidad de pasajeros es menor, las filas siguen siendo largas ya que se debe cumplir la distancia socialLa primera diferencia a la hora de intentar volar está en el momento de reservar los pasajes. La frecuencia de vuelos ha disminuido considerablemente. Además, se ven constantes cancelaciones que hacen que los planes cambien con frecuencia. En el caso del vuelo en particular realizado por Infobae, la reserva original tuvo que ser cambiada porque al haber muy poca gente en el vuelo, lo suspendieron. Se viajó un día antes de lo previsto.Al llegar al aeropuerto se nota la diferencia. El aeropuerto internacional de Miami recibe 50 millones de visitantes al año, un promedio de 137 mil personas al día. Si bien es un aeropuerto grande con 10 terminales, siempre está repleto. No es el caso ahora. Es muy poca la gente que se ve dentro del aeropuerto. Pero eso no quita que haya largas filas. Como para todo se exige distancia social, se ven colas muy largas para realizar los trámites de abordaje. Como servicio adicional, se abrieron escritorios extra por fuera del aeropuerto, así los pasajeros pueden esperar al aire libre.Los procedimientos de seguridad siguen siendo los mismos, con la diferencia de que se mantienen seis pies de distancia entre un viajero y otro. Todos los empleados de inmigración y aduanas trabajan con máscaras y guantes. A los pasajeros se les exige el uso de máscara, sino no pueden pasar. El aeropuerto tiene carteles a cada paso indicando las nuevas reglas de distancia social y uso de máscaras. En el aeropuerto de Miami abundan los carteles que explican esta “nueva normalidad”Muchos vuelos suelen ir a mitad de su capacidad. La aerolínea Delta ha decidido dejar un asiento bloqueado en cada fila de pasajeros para incrementar la distancia entre personas. Pero este no es el caso en el resto de las aerolíneas. En este vuelo en particular, el avión iba lleno. Todos los pasajeros ingresaron con máscaras puestas y la mantuvieron puesta todo el viaje. La aerolínea aclara al comienzo del vuelo que si alguien decide no seguir las nuevas reglas, la empresa se reserva el derecho de invalidar a esa persona para un futuro vuelo. También se aclara que caminar por los pasillos durante el vuelo está prohibido, a excepción de aquellos que necesiten ir al baño.El mayor cambio está en el servicio. La norma indica que los asistentes de vuelo deben caminar lo menos posible por los pasillos, ya que ellos son los que más se exponen en los vuelos. Por el momento, en este tipo de vuelos domésticos (inclusive en los largos) no se sirve ningún tipo de comida, sólo se ofrece bebida una sola vez. Ya no pasan por los asientos ofreciendo auriculares, los entregan sólo a pedido. Los pasajeros se mostraban conscientes de las nuevas reglas, y a muchos se los veía limpiando sus asientos con toallas desinfectantes. Al llegar a San Francisco la situación fue muy similar al aeropuerto de Miami. Poca gente, siempre con máscaras y carteles por todas partes con las indicaciones de la nueva normalidad. Como bonus track, los taxis en el aeropuerto de San Francisco operan con normalidad pero con todas las ventanillas abiertas –incluso en las frías noches del norte de California-, para evitar los riesgos que implican las espacios cerrados. MÁS SOBRE ESTE TEMA:Para los expertos de la Casa Blanca, EEUU entró en una nueva fase: “La enfermedad está extraordinariamente extendida”El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, sobre el coronavirus: “No hay solución y quizás nunca la haya”“Muchos sentirán que deberían ser prioridad”: el debate sobre quiénes serán los primeros en recibir la vacuna contra el COVID-19